Mauro Valenti

"Migrantes Migrados"

Observo la obra de Mauro Valenti y sorprende en principio, que no nos hablan de gente sino de su devenir.

La gente se exhibe y es exhibida, en una fusión indiscernible entre texto y contexto. Asistimos en una nebulosa de tiempo transcurrido, a la certidumbre de lo expuesto y la vivencia certera de lo no dicho. Quizás sea, la búsqueda de aquellos  rastros de lo propio íntimamente consagrado, de aquellas percepciones resignificadas, del asombro ante aquellos rastros de lo permanente y lo mutableen percepciones trabajosamente intuidas. 

Desfilan ante nosotros distintos seres, que se nos presentan orgullosamente vestidos en su ancestral inmigración, sus recreos y sus labores.

Pero, ¿quién es aquí, el representado?   

Resulta evidente, que el artista es alguien que intuye con sus manos sumergidas en la materia pictórica, un vasto y espeso recorrido de ausencias y postergaciones.

Discurre por cierto, en el infinito recurso expresivo de su gestualidad, manifestando en sus letanías una obsesión que, ligera de condicionamientos, disfruta en cada acontecer de sus propios sentimientos, configurando así el resultado plástico de una  experiencia directa, que expuesta abiertamente, nos exige una nueva  mirada. 

La dimensión fáctica de estos discursos visuales, nos permite sentirnos reflejados en lo que nos resta de humanidad, en aquel silenciado acontecer íntimo y natural frente a las disquisiciones de lo mundano.

Estas decisiones gestuales de Mauro Valenti, habida cuenta de la trama en que se manifiestan, nos hablan de sus íntimas interpretaciones, de su mirada llagada por la esperanza postergada de tantos otros, nosotros.

Roberto Crespo – Junio 2018